miércoles, 4 de octubre de 2017

Peregrinan horas los damnificados

 Perdieron su casa, sus bienes y, ahora, por culpa de la burocracia, peregrinan por una migaja de atención.
Ubaldo Cruz, ciego desde hace 15 años, lleva horas en la fila de solicitantes de apoyo para renta que prometió el Gobierno de la Ciudad de México. Como decenas de los aquí formados, su casa quedó inhabitable tras el temblor del 19 de septiembre.
Luego de seis horas de espera, le dijeron que alguien ya había recibido apoyo en su vivienda.
El señor Cruz argumentó que donde renta viven otros tres, pero en cuartos separados, y pidió que mandaran a un perito a comprobarlo. Y ni así.
Al albañil Felipe Rosas Jazmín, de 60 años, se le vino abajo su morada con el sismo.
El sábado llegó a las 4:00 de la mañana al bajopuente de Ermita en busca de un formato de registro de daños y, tras 12 horas de espera, le avisaron que las fichas se habían agotado.
Al día siguiente acudió de madrugada al Parque de los Venados y tampoco lo obtuvo. Era domingo y cerraban a las 14:00 horas.
El lunes regresó a las 3:00 de la mañana a Ermita, y por fin le dieron el formato para solicitar la ayuda de 3 mil pesos para renta que prometió el Gobierno capitalino. 
La cobró este martes en la Tesorería de la Ciudad de México, en la Colonia Narvarte, a donde llegó a las 4:00 de la mañana.
Delante de él ya había 60 damnificados más. La mayoría llevaba comprobante de domicilio, credencial, formato de registro de daños y tres fotografías de las cuarteaduras, únicas pruebas ante la falta del peritaje.
En las filas hay gente desvelada que dice que lo ha perdido todo. Mujeres comiendo trocitos de sándwich y soplándose con sus carpetas llenas de fotocopias. Hay hombres que se tomaron una selfie frente a su fachada de grietas, porque les dijeron que ése era un requisito. Hay una mujer acostada sobre la banqueta. Niños que pasan las horas contando a los aviones.
"Dile ya cuántos aviones llevas", le dice la señora Eva Ruiz a su hijo de tres años y éste sonríe porque ya perdió la cuenta.
De las 05:00 horas a las 16:00 habrá pasado toda una flotilla. De todos modos, Eva se fue de la Secretaría de Obras con la carpeta de sus paredes cuarteadas sin que le dieran la ayuda de 3 mil pesos para pagar la renta porque su casa no se ve tan dañada.
"¿Usted es el reportero?", pregunta un hombre con playera de Superman. Se llama Obet y dice que es mecánico. "A ver, póngale ahí: 'Aquí el mecánico enfermo les dice a todos los políticos: quédense con su pinche dinero, a lo mejor esos 3 mil pesos es para completar el salario de los diputados'".
Vive en Tlalpan, en la Colonia Pedregal de San Nicolás, Manzana 59, Lote 1. Sostiene que en ese lote hay cinco viviendas pero, para mayores señas, la suya es aquella donde han tenido que poner una plástico sobre el piso para que el olor de la fosa séptica no huela en la cocina. El temblor le rompió el piso.
"Dicen que ese lote ya aparece que fue apoyado, pero yo creo que nada más ponen cualquier traba".
Pide que vayan a ver para que tengan pruebas. Pero nadie irá. Hasta ahora la gestión de la ayuda de los 3 mil pesos mensuales durante tres meses se hace mirando unas fotos a color o en blanco y negro.
¿Cuánta gente fue dañada por el temblor de 7.1 grados del 19 de septiembre? A casi 15 días nadie lo sabe. El Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, informó ayer que este miércoles tendrá el nuevo corte del censo. Pero que ya han repartido 13 mil 302 cheques por 39 millones 906 mil pesos, lo equivalente a lo que 22 diputados federales juntos ganan en un año.
A falta de dictámenes serios, el Mandatario dijo que se repartieron con base en fe de la buena.
"Estamos partiendo de un principio de buena fe dada la ausencia de documentos".
Hubo quien desde la semana pasada llegó de madrugada a uno de los 18 Centros de Atención para la Reconstrucción y ahí les dieron un formato de registro de daños o les programaron una visita de Protección Civil en tres, cuatro, cinco o seis días, en un horario que nadie sabe. Y luego les pidieron que fueran a la Tesorería, en Narvarte, o a la Secretaría de Obras, en Santa Cruz Atoyac.
La señora Eva Vázquez, que vive en Normandía 282, en San Andrés Tetepilco, llegó a Atoyac confiada y sin dinero. Y después de 10 horas rayaron su formato y sus fotos porque nadie le dijo que su casa no tenía fracturas diagonales. Tuvo que pedir 10 pesos para el camión de regreso.
Entre la Tesorería y la Secretaría de Obras ayer se repartieron más de 2 mil fichas. Pero a las 17:00 horas todavía había gente, pero ya se habían agotado.
Un vecino de la Calle San Borja, en la Narvarte, llegó a las 06:00 horas y se fue cinco horas después con su cheque.
Ayer un grupo de Iztapalapa cerró por 20 minutos la Avenida Universidad en reclamo del apoyo. La señora Alejandra Rebollo reprochó por qué a los de la Colonia Narvarte o la Roma no les arman tanto pancho. Que si es porque ellos viven en departamentos bien numerados y hasta tienen otras casas.
Algunos llegaron con poca fe, y tras días de desvelo, se fueron con el cheque.
Otros, como la señora Gabriela Reyes, aún esperan que alguien les diga si pueden volver a entrar al edificio José María Arteaga, en Tlatelolco. En tanto, ya le recetaron Prepram, tabletas para la depresión, estrés postraumático, síndrome de ansiedad y ataques de pánico.
Ante la falta de peritos, el Gobierno pide buena fe a quienes ya la han perdido.

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